Dicen que cuando te caes de un caballo es mejor subirte rápido otra vez para “superar” la caída. Escribir esto justo después del concierto de ayer es algo así pero al revés. Me explico:
Aquí no es que haya nada que superar, ni golpes, ni miedos. La caída fue inversa… no hacia abajo sino como que nos dejó flotando con un vértigo extraño. Escribirlo así “en caliente” es sólo para no dejar escapar las reacciones inmediatas y la fiesta de sentimientos que todavía siento en el cuerpo.
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Me gusta la música. Así, sin más. Esa segunda palabrita de esa afirmación (‘gusta’) guarda en realidad tanto que es difícil explicarla. Pero así es y todos sabemos a qué sabe y sabemos también que es lo que le da bastante sentido a nuestra vida y que no podemos decir bien por qué pero nos gusta.
Pues eso, me gusta la música y más la música en vivo. Me gustan los encendedores todavía en los conciertos. Me gusta saberme las letras de las canciones. Me gusta ver a novios y esposos darse las manos en alguna canción. Me gusta brincar. Me gustan los fuegos artificiales.
He ido a muchos conciertos (no quiero presumir, es sólo que así es :]) y cada uno lo disfruto demasiado. Siempre salgo diciendo que es de lo mejor que he visto (y no es que mienta, las emociones me hacen usar adjetivos fuertes jeje). Siempre me emocionan, me hacen más feliz que si no hubiera ido y hablo de eso por días.
Bueno, pues ayer el concierto de Paul McCartney fue todo eso multiplicado por 7226290. Me gustan los Beatles. Mucho. No soy la más fan ni tengo todos sus discos ni sé cuál es la comida favorita de Ringo ni en qué año grabaron tal o cual. Pero me gustan. Soy obsesiva con las letras de las canciones y pues para letras, las de estos cuatro. Me gusta que se pueda decir algo tan grande con tan poquito. I wanna hold your hand. Paf. Me gusta que describen una generación. Me gustan los viajes psicodélicos combinados con los bálsamos reflexivos combinados con los días soleados en sus canciones. Y también me gustan las canciones que simplemente parecieran estar en nuestro ADN. Canciones que no puedes saber bien cuándo fue la primera vez que la escuchaste pero te las sabes y no sólo eso, hacen algo en ti. Algo.
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Ayer todo iba muy bien, mucha emoción, sonido impecable, un inglés (Sir, perdón) impresionante con camisa blanca y tirantes rojos, un foro LLENO desde personitas de 8 años a señores de 65, poquitita lluvia y luego un cielo misteriosamente despejado con luna también llena (escrito suena bien cursi pero es que imaginen luna llena en un momento así), unas pantallas con una definición que no la crees y las siempre necesarias luces decorando todo.
Llegaron momentos increíbles de mucha euforia como I’ll pretend that I’m kissing the lips I am missing…and I’ll send all my loving to you. (no tengo ni qué decir cuál es y seguro ya la están tarareando)… y cito a mi mejor amigo “¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaa es un fuckin Beatle por dios!!!!”. Ahí me fue cayendo el veinte. Estaba escuchando en vivo esas canciones que ya son parte de nuestro colectivo cultural, nos gusten o no. Estaba viendo a una parte del grupo más grande de la historia. :O!
Blackbird me dejó h e l a d a. Here Today más, auch. Bailé en Dance Tonight y Sing The Changes me emocionó y canté muy fuerte Eleneor Rigby. Pero lo que más quiero decir es lo que pasó con la segunda parte. De repente bam se dejan venir esos himnos. Creo que empezó con Obladi Oblada. Imaginen un lugar lleno de flores, gente haciendo skipping, abrazándose, muchos helados y risas y cosas felices. Pues así más o menos fue. Esto no es exageración por las emociones, en serio es el momento más feliz en el que he estado en un concierto. A la mitad me puse a ver a la gente, todos sonreíamos y movíamos las manos de un lado al otro. Sonreíamos porque todos sabemos que life goes on y porque eso emociona y tranquiliza. Obladi obla da.
Así una tras otra.
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Si tuviera que hacer una lista de mis favoritas (qué ambigua parece ahora esa “clasificación”) Let It Be probablemente no figuraría. Hasta ayer. Fue como cuando te sientes mal y te tomas un té de manzanilla.Yo no sé, pero Let It Be curó algo que ni sé qué es ni sabía que estaba. Sólo sé que algo hizo clic de una manera increíble. Speaking words of wisdom. Y lo mejor es que sé que seguramente fue igual para las otras 59999 personas. En medio de tanto noséqué citadino- postmoderno-atomizado-tenso, encendedores que iban al ritmo de la música, una cara de un Paul verdaderamente emocionado, todos cantando and when the broken hearted people, living in the world agree, there will be an answer, let it be, se escuchaba tan fuerte como si todos le diéramos la razón. Let it be.
Y de ahí en adelante igual o mejor. Live and Let Die nos regaló un increiblísimo climax con fuegos artificiales. Speechless. Empezó luego mi esperada A Day in The Life rematada con Give Peace a Chance. No quiero sonar muy hippie pero sí se siente bien escuchar a tanta gente pidiendo eso con la mano en forma de dos frente o después de un I read the news today oh boy.
Something (qué canción más bonita), Get Back, Lady Madonna, Two of Us, Paperback Writer, Hey Jude y su épico naaa na na nanaaanaa, Helter Skelter (ups ya cambié el orden del setlist.. pero bueno). Así una trás otra.
Entonces Yesterday came suddenly, y los ojos de un amigo junto abiertísimos como diciendo "damn ES Yesterday".
Todo para acabar con in the end, the love you take is equal to the love you make. Pffff.
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Hoy me siento diferente, algo sanó ayer. Bastaron 3 hrs para lograrlo.
Una caída al revés. You were only waiting for this moment to arise.