Está el rollo de cinta canela ya empezado. Necesitas pegar algo, una tontería seguro, eso no es importante ahorita en realidad. Pasas tu dedo por todo el círculo como unas tres veces buscando la orilla. No está, en serio no está. Pero como esta idea no es aceptable (obviamente debe haber una orilla de cinta) vuelves a pasar tus dos dedos y hasta usas las uñas para encontrarlo. Pues no, no está. La maldita orilla de la tonta cinta no está. Respiras y vueeeeelves a pasar tus dedos y uñas y casi hasta boca hasta que por fin sientes esa línea, la de la orilla de cinta. Qué tal, ahí siempre estaba la médiga, sólo que o no la habías querido sentir o estaba demasiado escondida. O las dos.
La metáfora de la cinta canela.
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No sé, siempre he pensado que sería una linda metáfora, ni sé para qué ni la quiero aplicar. Es sólo que me gusta pensar ese momento como metáfora y pensar que alguno de estos días le encontraré uso y después de muchos años la gente dirá asi como: "claro, fue justo como la metáfora de la cinta canela."
O poetas postmodernos harán algo con la idea o hasta habrán canciones y obras de arte y después un puente de alguna padrísima ciudad se llamará así.
La gente va a caminar con paraguas (siento que va a ser una ciudad con lluvia) sobre El Puente Cinta Canela y también va a ser de esos puentes que son punto de encuentro. O va a ser el lugar de la primera vez que dos noviecitos se den la mano y sonrían, porque pues es un puente simbólico, por lo de la metáfora. Sí, eso.
Quizás un día.
Perhaps, perhaps, perhaps.