17.12.11

Mash up

Diciembre llega a mi como una tazota de dispersión bien llena. Siempre.
Estoy dispersa en quién sabe cuántos sentidos. Dejo de escuchar música nueva, dejo de leer, dejo de pensar en planes concretos. Me muevo con frío a todos lados poniéndole play en mi cabeza a playlists viejitos con olor a ponche. Mis uñas dejan de crecer, o se me olvida verlas crecer. Olvido la computadora dos veces a la semana, olvido las llaves, me paso altos, lloro, pierdo textos, se me acaba el maquillaje y rompo mi llaverito. Tengo una fila de posti its formados en mi cabeza de cosas que quiero platicar o escribir y ninguna la puedo ligar a la otra.

De ahí lo del mashup. Soy un mashup en diciembre.

Me imagino al año como en bloques, cada uno de un color. Yo estoy hasta abajo, en frente del bloque diciembre y si volteo la cara para arriba ahi están todos los meses. En bloques también. Luego veo, como en otra columna al 2012, por alguna razón veo lejísimos a enero, aunque se que está a la vuelta de la semana.
Pero eso no es relevante para este post.

Lo que sí es que fui a ver a Feist y su concierto me supo a Navidad y sé que esto suena horriblemente cursi pero sentí calientito mi corazón (gosh).
Es que a mi sí me gusta la Navidad y todas estas fechas. Y me supo a un abrazote fuerte o a ese frío padre o a diurex para envolver regalos y nervios en los intercambios.
Qué bonitas las voces roncas.



Ésta fue mi favorita en el concierto.
(We
don't
need to say goodbyeeeee, mi querido 2011).