Un papá llega feliz por ver a su hijo. Sabe que él está viviendo lo que, quizás, vayan a ser los mejores meses de su vida. Sabe que ha conocido sus límites, que lo está aprovechando a su manera y eso lo llena de felicidad y una inevitable melancolía revuelta de envidia.
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Seguramente cuando llegas a una edad en la que ya palomeaste la mayoría de las cosas de tu lista de “cosas que hacer antes de morirme”, todo se ve muy diferente.
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Entonces este señor decide olvidar por 5hrs su edad, su puesto de papá con camisa, responsabilidades y sweater en los hombros. Quiere ser uno más de los amigos de fiesta de su hijo. Ver qué es eso que tiene a su hijo tan feliz. Se atreve por una noche a no sentir las arrugas, la edad o lo ya vivido. Entonces se acuerda de cuando él estaba en eso. Se acuerda de sus amigos, de lo que tomaban, de los chistes locales, las interminables anécdotas, los apodos y esa rutina. La extraña terriblemente.
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Por el otro lado está la mamá. Ella piensa distinto. Está feliz por su hijo pero no cree extrañar eso. Compró muy bien la idea de que todas las cosas tienen una edad y cuando se pasa no hay vuelta atrás. Se siente ajena e incómoda en un lugar que ya no le pertenece. Y le enoja eso, pero no sabe qué hacer. Sonríe, disimula normalidad, platica y detiene fuerte su vaso.
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Entonces ella quiere irse. Nada como estar incómoda. Pero, sola? Ya no está acostumbrada a eso. La mirada hacia su esposo le dice que ella quiere irse y que él debería hacer lo mismo, que ya no están para esto.
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No es que ella sea la mala de la historia. Simplemente no sabe que hacer en una situación así y le da envidia no poder estar tan tranquilo como su esposo.
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Pueden haber dos finales. Uno, que ella se imponga y haga que él se regrese temprano. En el camino no hablarían mucho. Algo del clima, de los planes del día siguiente y de que qué feliz está su hijo. Tomarían agua y se irían a dormir.
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O, que ella se regrese y el papá se quede para seguir pasándola bien. Ella se repetiría una y otra vez que está muy cansada y que eso ya no es para ella. Probablemente al día siguiente no hable mucho sobre el tema. Él se quedaría sonriendo, viendo lo que alguna vez él fue. Platicaría de cosas que nunca platica con su hijo. No baila pero observa.
Cuando sale, se despide de los amigos con una energía que todos quisieran. Cuando se separan, voltea y les grita: ¡Adios, sean felices!
El mejor consejo.
Él está feliz, sólo quería chupar con su hijo.
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Conclusión:
1. No debemos ser frenos para los demás. Nunca.
2. Todo cambia dependiendo del lado en que lo veas
3. No creo que sea algo de género, sino de personalidad
4. Los jueves en la noche son GRANDES
25.5.09
Lo prometido [o un título que ya se me ovidó]
Publicadas por
andrea
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6 toc toc:
jeje muy bien, mal por el titulo pero en vista de que los 3 involucrados lo olvidamos pues no pasa nada.
ahora solo queda el homenaje prometido en mi blog por la grandiosa frase final jejeje
NICE
Mmmm, no te conocia ese lado de escritora anecdotica, me gusta ese lado. No se que sea todo el asunto interno y local del asunto, pero me gusta tu lado anecdotico.
A mí me gusta que olvides los títulos, jaja. Está super bonito y crudo y realista y sin juicios valorativos, just life and nothing more. Ya quiero que llegues para contarte mil cosas!
Yo... como autor de la frase "el solo quería chupar con su hijo" no puedo más que mostrar mi asombro y admiración ante la infinita calidad de este post, volví a vivir la noche entera... bueno faltó otro asunto pero el resto me fue más real que ese día. De verdad me moló mogollón
Andrew checa mi blog, luego te paso mas fotos y te cuento!
me encanta este post porque en mi familia pasa algo similar, sino es que exactamente igual. el jefe de lunes a viernes es el señor jefe y no sonríe y con trabajos se ríe y no se baja del pedestal que el solo construyó en años y años; llega el fin de semana y saca energías quién sabe de donde para hacer todo lo que le gusta hacer con toda la gente que se encuentra tengan la edad que tengan y así se puede decir que equilibra los momentos de su vida para vivir unos 15 años por debajo de su edad.
la mamá, en cambio, está conciente de que con su edad llegaron lsa imposiciones y sabe que no debe buscar lo mismo que buscaba antes.
que padre es que todavía haya personas como ese papá del que hablas. lástima que haya personas como esa mamá.
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